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5 de agosto de 2011

chipáchipá

Estoy indignada. Ofuscada e iracunda. No sentía tal pico de vergüenza desde que minovio les contó a todos sus amigos que me agarró descompostura en el Coliseo Romano y no me pude aguantar.
    Mi día arrancó como siempre: a las corridas y con el mal humor de todas las mañanas por el simple hecho de tener que cruzarme con lagente. Yo ODIO a lagente, es decir cualquier persona que no conozco y que se cruza en mi trayecto de casa al trabajo o viceversa. Lagente es mi accidente in itinere cotidiano. Simplemente la odio y quiero que desaparezca, que se esfume, quiero tener el subte para mí sola, sí, toda la calle Florida para mí. Sé que es un sueño inalcanzable, así que cuando subo al tren y veo que legente me asfixia, veo frustrados todos mis sueños de paz mental. Todos los días.  Hoy no fue la excepción, pero estaba peor que de costumbre porque además de mi cartera tenía sobre los hombros una mochila de dimensiones desproporcionadas para alguien que sin tacos no pasa el metro y medio como yo. Aparte exhalaba bronca por los poros porque le estaba llevando a minovio toda la ropa de jugaralapelota porque se la había olvidado y tenía que jugar.
  En fin, una situación desbordante de mal humor, ganas de asesinar a todos con una metralleta y la obligación ineludible de subirme al tren.
  Con mi mochila a cuestas, encontré un huequito más o menos cilíndrico donde ubicarme; cerca de la puerta. Alrededor, sólo gente y gente. Imposible moverse, imposible respirar, imposible ser medianamente feliz por media hora.
  Hasta ahí me acuerdo de todo, lo que pasó después tuve que ir reconstruyéndolo en mi memoria como un rompecabezas de momentos porque fue todo caos, desesperación, oscuridad, humillación y vergüenza. Lo último que recuerdo es un grito monótono, yo lo recuerdo con eco y discordante: chipáchipáchipá,fresquitoelchipá,calentitoelchipá,chipáchipáchipá.
  Luego del grito, algo chocó conmigo y me tiró al piso.Recuerdo un golpe seco en la nuca, un dolor atroz en las rodillas, millones de chipás volando por el aire y una bolsa color lila de  sweaters Mauro Sergio. Y risas. Por donde mirase, toda la gente riéndose de mí. La vendedora de chipáchipá, con cara de Pachamama, me pedía perdón, reverente. Tenía la misma altura que yo y su sombrero portachipá había sido el culpable de mi caída. Me había caído de rodillas al piso y la mitad del cuerpo arriba de la señora dueña de la bolsa de Mauro Sergio, que  me miraba más indignada que yo.
Y lagente, lagente que yo odio tanto, se reía de mi desgracia, del papelón avergonzante que yo estaba sufriendo, me señalaban con el dedo y se reían.
  Yo miré a la Pachamama con un odio atroz, pero me dio ternura porque no hacía más que decirme perdoneméseñoritaperdonemé, y después de todo, un sombrero portachipá se le puede caer a cualquiera, pero la misma violencia de mi humillación me dejó ciega de rabia.


   Señoras y Señores, yo celebro los valores de Fraternidad, Hermandad e Igualdad entre todos los Hermanos Latinoamericanos, me fundo en el abrazo de la Madre Tierra, me encanta la mandioca y todo lo que quieran, pero por qué, por qué me pasan estas cosas a mi! Por qué la señora con cara de Pachamama tiene que meterse entre la gente con su sombrero portachipá y dármelo en la cabeza justo a mi! Por qué me tuve que caer sobre una señora con una bolsa de sweaters Mauro Sergio!?? Por qué se reía de mí un hombre que iba comiendo una mandarina en el tren a las 7 de la mañana!!? Esto es el acabóse. Esto es insufrible, esta sociedad está perdida. Es una locura, un disparate, es la debacle misma del país reflejada en un vagón de tren.  

  Quiero destacar que esto me pasó en plena etapa de Elecciones. Hoy la situación social, la precariedad laboral y la debacle de toda Latinoamérica me golpearon con toda su violencia. Hoy más que nunca quiero que mi voz llegue al Gobierno, quiero quejarme, armar una marcha, cortar la Panamericana, juntar firmas, convocar a toda la Sociedad encabezando mi protesta. Me tienen que entender, esto no puede seguir pasando, el golpe del chipá no puede quedar sin castigo, exijo una enmienda.

  Así que ya saben. Si me ven en la televisión, con un chichón en la cabeza y agitando una bolsa de Mauro Sergio sweaters como estandarte,  síganme, apoyen mi protesta, luchemos por un tren sin vendedores de chipá. Que los lazos con nuestros Hermanos del Altiplano fluyan por otros lados. 
  

    Y si llego a ver a alguien comiendo chipá delante mío, sencillamente, lo mato. 

24 de mayo de 2011

Una Chicadebarrio II

El vestido de novia de Luisana Lopilato para su casamiento en Canadá | Revista OHLALÁ!

Por favor lean esta nota!!!  Acá está de nuevo la Chicadebarrio Luisana!

Recuerdan mi indignación del primer post? Qué esperaban de su fiesta de casamiento? Acaso no fue ella la que iba a hacer algosencillo? No la escucharon gritando a los cuatro vientos que iba a hacer algo muyíntimo, sólo para familiares y amigos más cercanos?

Alguien le creyó???

Yo no, por eso se me hacía agua la boca de antemano esperando este momento con una emoción maligna, porque yo sabía, YO SABÍA lo que iba a pasar!
Que la chicadebarrio iba a ser la versión argentina de Kate Middleton, pero insistiendo con esa caradurez que me deja atónita, en que es sencilla y que la fama no la cambió.

Ay Luisana, no volvamos a las comparaciones....te parece que tu vestido de novia de Hugo Boss es de una chicadebarrio? Te parece que las chicasdebarrio pueden hacer una fiesta de 500 personas en un hotel de Canadá, en un salón con paredes de seda y mesas con espejito? Todavía te empeñás en afirmar que sos una chicadebarrio?

Alguien se indigna como yo con semejante desfachatez?

Yo les voy a explicar cómo se casa una chicadebarrio:

Por empezar, no se casa con un novio canadiense al que conoció en una fiesta VIP de famosos. No no, la chicadebarrio conoce a un chico en Fantástico Bailable y comienza a salir con él. Luisana se casó a los cinco meses de noviazgo. La chicadeberrio de verdad tiene que estar varios años, cortar varias veces en el medio y tener por lo menos un hijo antes de casarse. Luisana hizo dos fiestas, una en cada hemisferio. La chicadebarrio llevó medialunas al local de ropa donde trabaja y luego del civil hará un asado familiar de 50 personas.
Luisana eligió un vestido de diseñador, la chicadebarrio lo ganó en una subasta de vestidos de novia usados de MercadoLibre. Luisana se casó en el Hotel Pan Pacific canadiense; la chicadebarrio se casa en la sociedad de fomento de Villa Dominico, y en vez de paredes de seda blanca y espejitos en las mesas, decora el salón del club con banderines y lamparitas de colores al mejor estilo "Luna de Avellaneda".

Ni hablemos de la Luna de Miel! Un mes recorriendo Europa te parece de chicadebarrio, Luisana? La chicadebarrio se siente afortunada porque sus tíos le prestaron una casa en Santa Teresita y sus padres le pagan el pasaje en micro. 

ESO es ser debarrio, Luisana.

Así que la próxima vez que a esta chica se le ocurra andar diciendo por ahí que su vida es igual a la de cualquier argentina de 24 años, que lo sepa sustentar; no entiendo cómo le da la cara para decir eso, cómo no se le mueve un pelo y lo puede afirmar tan convincentemente!

La aplaudo por sus logros, pero, una vez más, seamos coherentes, Luisana NO es una chicadebarrio.

21 de marzo de 2011

La pobreinfeliz del 5°

La pobreinfeliz del 5° es una de las pocas vecinas que conozco.
Y claro está, por circunstancias inevitables.

Cuando me mudé, vino a saludarme y se presentó toda emocionada, parecía unabuenachica, como dijo mi mamá, pero a mi no me engañó. Tenía demasiada cara de pajarito sin nido como para hacerme creer justo a mi que sería bondadosa y agraciada; no, señores, yo me di cuenta desde el principio que sería un ser malévolo y oscuro, y potencialmente peligroso. 

La primer catástrofe que me hizo atravesar la pobreinfeliz fue por el lavarropas.
 En mi edificio hay un lavadero, y el uso del mismo está regulado por turnos para cada departamento. 
 Cada persona civilizada respeta su turno y si no puede se jode, lleva la ropa a Laverap o la lava a mano. 

Pero la pobreinfeliz del 5°no.  Ella no respeta nada.  Ella siempre tendrá alguna emergencia que justifique sus atropellos. Y justo conmigo se vino a topar. 

La primera vez que vi que alguien habia quitado mi ropa del lavarropas antes de que terminara el secado y dentro de MI turno, me pareció una casualidad, no le dí mucha importancia. La segunda vez me preocupé en serio y pensé cómo investigar quién era. La tercera, la cosa se puso seria. Saqué toda su ropa del lavarropas, tal como estaba, porque aún era MI turno, e inspeccioné minuciosamente cada prenda, para ver a quién podían pertenecer.

 Ésa fue la época durante la cual dejé de mirar para otro lado si veía a un vecino y, por el contrario, me dedicaba a mirar cómo estaba vestido cada uno, no pensaba parar hasta dilucidar quién era el culpable de semejante atrocidad.

 No me llevó mucho tiempo descubrirlo. Tanta bombacha rosa, tanta media con borde de broderie, tanta remerita de Sail y Julien, sólo podían pertenecerle a ELLA, la pobreinfeliz del 5°. 

Un post it en su balde con amenaza de muerte si volvía a usar el lavarropas durante mi turno bastó. 
Nunca más me sacó la ropa. Fin de la cuestión. 

O eso pensaba yo. Pero no.

  Hace unas semanas, un sábado a las 9 de la mañana, sonó insistentemente el timbre. 
Yo pensé que se estaba incendiando el edificio, o que estaba ocurriendo alguna catástrofe, e intercepté por dónde andaban mis gatitos y manoteé mis libros favoritos en caso de que tuviéramos que evacuar el edificio de manera urgente.  

 Me dirigí a la puerta en estado alerta, lista para saltar al vacío por la ventana, esperando del otro lado a un bombero bienhechor o un policía que me indicara qué hacer. Desperté de un grito a minovio y me dispuse a abrir. 

  Era ella. La pobreinfeliz del 5°. Yo me quedé dura. No reaccioné. 

lapobreinfeliz del 5°
-disculpamequetemolesteaestahora, pero necesito un favor urgente

Yo, atónita,con los ojos abiertos como dos platos, no llegué a responder, sentía la lengua dormida.

lapobreinfeliz del 5°
-yo sé que es tu turno del lavarropas, y como no quiero tener problemas, venia a preguntarte si por favor puedo meter en tu lavado estos dos repasadores.

 Al principio, ante lo insólito de su pregunta pensé que se trataba de una broma. 
Juro que sentí tal parálisis del habla que no pude contestar.
Sólo podía mirar cómo se movía su boca mientras me decía semejante estupidez mientras estrujaba entre sus manos dos repasadores con estampado de Mamá y Papá Ganso con unos sombreros celestes paseando a todos sus gansitos. 

Ella prosiguió a explicarme: 

lapobreinfeliz del 5°
-Es que tengo que ir a visitar a mis papás y no llego a lavarlos, y no me quiero ir con los repasadores sucios, quizás puedas meterlos en tu lavado...

Yo, aún sin responder, me fijé si tenía a mano algún elemento contundente, algún florero o algo así para molerla a palos por despertarnos un sabado a la mañana como una desquiciada por dos repasadores de morondanga, pero reconozco que me desconcertó tanto, me pareció tan desopilante su pedido que me costó reaccionar. 

Entonces la miré fijamente: alta, flaca, con los ojos saltones, solterísima. La cara totalmente despejada como si se hubiera levantado hacía 6 horas, el pelo prolijamente acomodado con miles de hebillitas a los costados de la cabeza. Una bata rosa de plush primorosamente bordada con cinta rosa bebé, pijama de satén blanco y pantuflas de toalla iguales a la bata. Uñas en francesita. 

 Yo tenia una media de cada color, el equipo de racing de minovio cuando era chiquito y las uñas naranja  fosforescente. Completamente despeinada  y con las marcas de la almohada en los cachetes. 

  Ella seguía ahí paradita y nerviosa, estrujando los repasadores de Mamá Ganso toda compungida, aguardando como un condenado mi veredicto sobre el lavarropas. 

  Casi la empujo por las escaleras pero pensé en la cara de mipapá, que es el dueño del departamento; me podía llegar a matar si le causaba más problemas de este tipo. 

  Ponerme a discutir o simplemente contestarle era perder el tiempo y legitimarle que viniera a molestarme un sábado a la mañana. Era darle letra para sus estupideces de solterona desquiciada. 

Así que hice lo que tenía que hacer. No me quedó otra: le cerré la puerta en la cara y seguí durmiendo. 

17 de marzo de 2011

El Carnicero Cancherito

  Ayer no me quedó otra que hacer las compras. 

20.30 horas, cansadísima de trabajar todo el día. 
Ni bien entré, el olor a almacén me pegó un cachetazo. Ese olor ácido mezcla de mortadela, desodorante Veritas y pomada de zapatos me envolvió por completo. 

Lo único que deseé en ese momento fue que el estallido nuclear llegara de Japón a mi cuadra y exterminara de raíz a toda la gente que estaba adelante mío en la fila. 

Saqué mi numerito y me dirigí resignada al sector de Carnicería. 

Y de lejos lo vi. Ahí estaba él, arito de oro, mucho gel en la cabeza y anillo con sus iniciales en el dedo chiquito.
A todas las clientas las saludaba por el nombre, les preguntaba por todos sus hijos, nietos y bisnietos y les deseaba queterminesbieneldiadivina, y lo peor de todo es que ellas le sonreían, risueñas, y le contaban de todos sus parientes y enfermedades en lugar de pegarle un palo por la cabeza para que se apurara de una vez y termináramos todos con esa pérdida incalculable de minutos. 

 Yo empecé a rogar mentalmente que no me atendiera él sino su compañero, el gordo parco que estaba al lado, no hablaba con nadie y despachaba a todos los clientes en un minuto. Como debe ser. Y en el peor de los casos, si me llegaba a atender, rogué con todas mis fuerzas que le agarrara una parálisis del habla o no se le llegara a cruzar por la cabeza la pérfida idea de preguntarme algo que no fuera qué iba a llevar y cuánto. 

 Pero cuando dijo mi número con una sonrisa de oreja a oreja y evidentes ganas de conversar, supe que era mi destino y la batalla estaba perdida:

Carnicero Cancherito: 
 - Hola, Divina

Mavi:  
- dame 1 colita de cuadril mediana

Carnicero Cancherito: 
- vos sos de las Populares o de las Divinas?

Mavi: 
-....

Carnicero Cancherito: 
-Te gusta "Camila"?

Mavi:
- Perdón...?

Carnicero Cancherito:
- el grupo Camila, te gusta? qué música te gusta?

Mavi:
- Iron Maiden.

Carnicero Cancherito:
- A las chicas les gusta que les canten canciones románticas

Mavi:
- ....

Carnicero Cancherito:
- A vos te gusta que te canten?

Mavi:
- No

Carnicero Cancherito:
- que te lean?

Mavi:
- No

Carnicero Cancherito:
- que te cocinen?

Mavi:
- No

Carnicero Cancherito:
- y qué te gusta?

Mavi:
- que se callen.

15 de marzo de 2011

Una chicadebarrio




Yo no soy precisamente una chicadebarrio.

La idea misma de vivir en un barrio me da náuseas, a mi me gusta vivir entre locales, quilombo y ruido. Si fuera por mí viviría en Florida y Corrientes. 

Si me toca trabajar en un lugar que no tenga cerca un Starbucks o un Farmacity quedo desorientada, completamente fuera de mi eje. 

Amo mi dos ambientes y mi gata, cuando tenga hijos pensaré en la típica casa grande con el labrador y el quincho.
No conozco a mis vecinos y si alguna vez le hablé a alguno habrá sido por alguna catástrofe inminente. La gente que prefiere "latranquilidaddelbarrio", o charlar con los vecinos tiene una cosmovisión del mundo diametralmente opuesta a la mia. Me deprime una cuadra llena de casas y sin locales. Antes muerta que salir un domingo a pasear al perro, comprar facturas y quedarme charlando con el diariero. Hago las compras por Coto Digital y si me cruzo a un vecino por la calle miro para otro lado.  

  Pero por lo menos lo admito. 

 A Luisana alguien le cree? 
Realmente pretende que le creamos que "la alfombra roja no cambió sus raíces", como ella declara, triunfante y como si fuera mapuche?
Pero por favor! Lean la nota que hizo en Oh LA LA y se van a partir de risa como yo ante semejante desfachatez! 
A ella su novio Michael Bublé le avisa a último momento que el jueves tienen una entrega de Grammys y ella tiene que salir corriendo a Dior a buscarse un vestido! A nosotras nuestro novio nos avisa a último momento que vienen loschicos a jugar a la play y tenemos que salir corriendo a comprar picada.
 Ella pasea por las calles holliwoodenses llena de bolsas de Gucci y nosotras compramos al por mayor en la calle Avellaneda. A ella le diseña Verónica de La Canal, a nosotras la abuela nos ajusta una y otra vez la cintura del pantalón negro de la oficina.
Sus anillos de Swarovsky se rien de nuestros anillos de Isadora. Ella afirma que "no es gastadora para nada, el dinero que junta, lo gasta en un terreno". Nosotras llegamos con la lengua afuera a pagar Telecentro. 

Ay, Luisana, la vida te sonríe, sos divina, flaca, exitosa y con un novio millonario que te adora. Admitilo. Ya no sos una chicadebarrio...no tenés idea de lo que es tomar el 17 de Wilde a Palermo. Jamás pisaste una reunión de consorcio ni fuiste a Blockbuster en jogging o te peleaste con el vecino porque corta el pasto junto a tu ventana un sábado a las 8 de la mañana. Así que no mientas. No seas caradura. No me indignes. Te quiero ver algún domingo a la tarde cargando las bolsas de Eki Descuento o tomando un taxi Peugeot 504 con dados de peluche colgando. Te quiero ver comprando medivachas de lycra en un polirrubro de Pompeya. No me enfurezcas Luisana. Admití sin culpa tu vida de cuento de hadas y matanos a todas de envidia, te lo merecés; pero por favor, por favor te suplico, te imploro, no digas que la fama no te cambió y seguís siendo la misma; la misma y simple chicadebarrio