Ayer sin querer vi el laberinto de perros del programa de Susana Giménez y terminé llorando.
Llorando de rabia, claro.
Es que no entiendo. Realmente, no entiendo. Necesito que alguien se tome dos minutos para explicarme qué tiene esta gente en la cabeza para cometer semejante idiotez.
A qué mente perturbada se le ocurre participar de un concurso en la televisión?
Lo de ayer fue la gota que rebalsó el vaso, porque pienso: si sos un tarado que no tiene nada que hacer de su vida como para ir a participar de un programa de televisión, mandás saludos en el aire paratodoslosquemeconocen, y después subís los videos a Facebook para que todos tus contactos te vean cocinando con Maru Botana o adivinando que fue Rocio Marengo a lavisita de Justo a Tiempo, ok, para mi sos un gil, pero digamos que no le hacés mal a nadie.
Ahora, someter a un pobre animal a la alteración y los nervios de estar en un estudio de televisión, rodeado de desconocidos, luces y ruidos ya es de gente psicótica. No me lo nieguen. Raya los límites de lo maquiavélico; es algo propio de un ser ruin, oscuro, perverso y malvado.
Cuando yo era chica un compañerito de la primaria terminaba cualquier pelea diciendo que su hermano había ganado el viaje de egresados en jugateconmigo, como si fuera una especie de dios griego o fenómeno sobrenatural, como si con eso ganara la Verdad Absoluta y Universal. Para mi, que tenía 8 o 9 años, era un gomazo total.
Yo me pregunto: la gente que hace sonidos de pájaros en talentoargentino, o va a la tribuna de cuestión de peso, para qué lo hace? Les pagan? Ganan algo? Se divierten? O peor, los caraduras que se hacen los intelectuales, con qué cara aceptan ganar elimbatible de Susana? Es como una contradicción demente!
Ni hablar de los infradotados de Gran Hermano, ni los que se quedan horas en la calle mirando a Mariano Martínez grabando una escena de valientes, o esperan a Moria Casán en la puerta de Ideas del Sur, esa gente para mí es de otra raza, directamente.
Y para el infarto, la gente analógica que todavía junta envases de pan lactal o sobrecitos de jugo Tang, los pone en un sobre y se va hasta el correo rogando que los llame Sofovich. A esa gente simplemente le falta o le sobra un cromosoma o algo así, son genéticamente distintos a mi.
O quizás la loca soy yo, podría ser, porque yo no veo que la gente a mi alrededor se escandalice como yo, ni que le den palpitaciones y tenga que cambiar inmediatamente de canal bajo riesgo de asfixia. Cuando veo estos adefesios en la tele, y empiezo a quejarme a los gritos minovio me pelea afirmando que él iría tranquilamente al muro de Marley, o mis amigas se ríen, pero jamás ví que alguien se violentara como yo o que se indignara al punto de no poder pensar en otra cosa, así que probablemente la que esté mal sea yo.
Creo que debería sacar un turno en el talkshow de la Politi para tratar este tema...