20 de mayo de 2011

El Arte Callejero



Estos últimos días estuve reflexiva.

Me dicen que soy muy prejuiciosa con la gente que no me gusta, que no es como yo, o que hace lo que yo jamás haría.
Que no es necesario declarar "odio a la gente que usa riñonera", o "ojalá mueran todos los repartidores de volantes de Florida". Que no tengo por qué amenazar de muerte a la vecina que me saca el turno del lavarropas o juntar firmas para que exilien a todas las personas que dicen "pastaflora".

Así es que decidí abrir un poco mis fronteras mentales y darle paso a nuevas experiencias en mi vida.

La oportunidad me llegó esta mañana con Maru, cuando, pensando qué podemos hacer esta noche, no tuvo mejor idea que invitarme a ver un artistacallejero

Tratando de bajar los decibeles de mi desquicio habitual, diré que no adoro precisamente ninguna manifestación "callejera". Es más, la palabra misma ya me da asco; yo trato de no sonar fuerte, pero la verdad es que cuando viajo en subte y tengo que bancarme al hombre orquesta tocando sólolepidoadios con una quena en la boca, una pandereta en la mano izquierda, una calabaza seca rellena de semillas en la derecha y un tambor entre las piernas, me quiero matar. LITERALMENTE me quiero matar. 

Por eso es que no entendí en un principio que mi amiga detodalavida me invitara a PAGAR por ver a un malvestido con zapatos de payaso haciendo malabares en un bar. 
  Al principio, por lo insólito de la propuesta, pensé que se trataba de una broma, sobre todo viniendo de alguien que me conoce TAN bien. Pero recordé mi propósito altruista de ser buena y desprejuiciada con la gente bohemia que vive de cantar tangos en el tren o hacer covers de Arjona en bares de mala muerte, y llegué a la conclusión de que el Destino me está poniendo a prueba. 

Así que le dije que sí.

Señoras y señores, LE DIJE QUE SÍ AL ARTE CALLEJERO. 

 Esta es una faceta totalmente desconocida en mí, y no estoy del todo segura de la decisión de vida que acabo de tomar, porque esto significa ir en contra de todos mis valores y principios de buen gusto y urbanidad. Significa echar por la borda toda una vida de protestas y quejas antes malabaristas, imitadores de famosos, magos y artesanos de feria. 
Es romper todos mis moldes mentales a favor de personas que hacen lámparas con botellas de Coca Cola derretidas y aman los sahumerios. Es una legitimación a los zancos, los mimos y las comparsas. 

Pero en la vida uno tiene que superarse.

Así que esta noche es la prueba de fuego para mi nueva vida de tolerancia. Veremos cómo me va.

Mañana les cuento.  

8 comentarios:

  1. Tampoco me gusta esa onda bohemia pero amo los sahumerios!!

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  2. jjajajaa buenisimo! contá cómo te fue..en una de esas me tiento, besos

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  3. Mavi es genial el blog...lo conoci de casualidad y lo leemos siempre con las chicas de la oficina, nos matamos de risa! felicitaciones y escribì mas!

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  4. Mavy: te falto poner que tienen rastas y que son olorientos!!!!

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  5. Realmente no se si detenerme a escribir un comentario sobre este rejunte de palabras que acabas de hacer o directamente conseguir tu direccion y enviar a todos y cada una de las personas que se ganan la vida trabajando en la calle con una copia fiel de lo que acabas de escribir. Aquellas personas que leen esto y les suena divertido, deben tener el mismo nivel de inteligencia que vos. sos una verguenza, una hueca y ojala que el dia de mañana no seas vos la que tenga que estar haciendo malabares en un semaforo, por que no creo que dures media hora haciendo lo que tanta gente NECESITA hacer para comer. suerte en la vida ser humano despreciable!

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  6. No entiendo si los comentarios de lapersonadearriba son en serio, o no. Se entiende perfecto el tono del blog y es PERFECTO. Mavi, tenés una forma impecable de contar las cosas con mucho humor!! Soy fan!

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  7. Facundo Arana era artista callejero. Tocaba el saxo en el subte. Nunca se sabe. Nunca

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